Palomita de la paz del Presidente Santos y balígrafo reposarán en el Museo Nobel de Estocolmo
Reposarán en el centro cultural de la capital de Suecia.
La visita del Presidente Juan Manuel Santos a Noruega y Suecia con ocasión de la entrega del Premio Nobel de Paz sin duda dejará una huella indeleble en la historia de Colombia.
Pero la presencia del Jefe del Estado, receptor el último sábado de tan alta distinción, no pasará desapercibida tampoco en estos dos países nórdicos, pues el Mandatario colombiano dejará su marca en el Museo Nobel, en la ciudad de Estocolmo.
Se trata de dos sencillas donaciones, cargadas de simbolismo y gran significado.
Cuando el proceso de paz ya estaba en marcha, el Presidente Juan Manuel Santos comenzó a lucir una palomita de la paz, siempre ubicada en la solapa izquierda de sus trajes.
Ello se convirtió en un símbolo de la búsqueda con miras a la terminación del conflicto emprendida por el Jefe del Estado colombiano.
El Presidente Santos tenía dos palomitas en su haber. Una de ellas se la entregó al jefe de las Farc, Rodrigo Londoño Echeverri, en la firma de la paz efectuada en Cartagena.
La otra continuó luciéndola hasta este lunes.
Y es que durante la reunión bilateral que sostuvo con el Primer Ministro sueco, Stefan Löfven, le hizo entrega de la ya famosa palomita de la paz, para que esta repose en las estanterías del Museo Nobel de la capital sueca.
La otra donación para el Museo también tiene un gran simbolismo, pues refleja el dolor y las inclemencias de un conflicto de más de medio siglo, pero también la esperanza que implica la suscripción del Acuerdo para poner fin al mismo.
El Primer Ministro Löfven recibió de manos del Presidente Santos un balígrafo, un instrumento de escritura hecho del casquillo de una bala de fusil, que se ha usado para suscribir los más importantes acuerdos alcanzados con las Farc en el marco de las negociaciones de paz entre el Gobierno y ese grupo.
Precisamente, con ese elemento se firmó en noviembre pasado el Acuerdo del Teatro Colón, con el que terminó un conflicto de más de 50 años y que marca el inicio de la construcción de una paz estable y duradera para Colombia.
Con la leyenda “las balas escribieron nuestro pasado. La educación, nuestro futuro”, este se ha convertido en un símbolo de la transición de Colombia de la guerra, hacia la paz.
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